Mäder da prioridad al empleo local y a la proximidad con los clientes

Mäder es fruto de una auténtica aventura humana. En 1993, la compra de la empresa Corsain, situada en Maroeuil, cerca de Arrás, por un gran grupo amenaza el empleo local. Los empleados, el alcalde del pueblo y el primer cliente se movilizan para impedir el desmantelamiento de la empresa. Este hecho dejará una huella profunda en la empresa, que sitúa el aspecto humano en el centro de su gobernanza.

Las compras sucesivas por parte de Mäder se plasman en una conciliación de intereses de los empleado y de la empresa: conservación y desarrollo de la actividad local y del empleo, proximidad con los clientes. 

En continuidad con este valor y en un contexto donde es primordial producir cerca de los mercados locales, Mäder no se plantea su desarrollo internacional como un medio de deslocalizar sus producciones en el extranjero a menor coste, sino como un medio de seguir y de acompañar a sus clientes en su desarrollo.  

La expansión geográfica de la empresa responde a un enfoque de arraigo de las plantas en su territorio. La empresa vela por el respeto de las culturas y especificidades locales para favorecer su integración. Así pues, la gestión de los recursos humanos es distinta en cada país. 

Por último, el desarrollo de la empresa se realiza a través de colaboraciones con las instituciones territoriales de cada una de las plantas y, para la investigación, con las universidades locales.